La diferencia entre el primer amor y el resto es que el primero nos pilla inocentes. Incautos. Soñadores.
El primer amor nos atrapa por sorpresa, sin que sepamos defendernos, sin que podamos escapar de sus garras sanos y salvos.
El primer amor nos coge desprevenidos.
Nos atrevemos a dejarnos llevar. A decir lo que sentimos. A arriesgarnos.
¿Será el primer amor el único amor? ¿Será esa la definición?
Porque, en momentos de derrota y cumplimiento de expectativas.
En momentos de sinceridad y dura y plana vida.
Entonces, en momentos de yo, mi, me, conmigo, me pregunto si acaso se podrá volver a sentir el amor cuando sabes a lo que te estás arriesgando. Cuando sabes que embarcarse en el amor es más peligroso que hacerlo en una patera.
Para las segundas, terceras o cuartas partes ya estamos preparados.
Sentir el primer amor es como ver una película por primera vez. Puede que después te vuelva a gustar, puede que cada vez conozcas algún matiz nuevo que no habías visto. Pero ¿se puede disfrutar de un segundo amor como de un primero?
Muy cierto.
ResponderEliminarAunque siempre puede haber sorpresas.