sábado, 22 de enero de 2011

Jaque

La diferencia entre el primer amor y el resto es que el primero nos pilla inocentes. Incautos. Soñadores.
El primer amor nos atrapa por sorpresa, sin que sepamos defendernos, sin que podamos escapar de sus garras sanos y salvos.
El primer amor nos coge desprevenidos.
Nos atrevemos a dejarnos llevar. A decir lo que sentimos. A arriesgarnos.
¿Será el primer amor el único amor? ¿Será esa la definición?
Porque, en momentos de derrota y cumplimiento de expectativas.
En momentos de sinceridad y dura y plana vida.
Entonces, en momentos de yo, mi, me, conmigo, me pregunto si acaso se podrá volver a sentir el amor cuando sabes a lo que te estás arriesgando. Cuando sabes que embarcarse en el amor es más peligroso que hacerlo en una patera.
Para las segundas, terceras o cuartas partes ya estamos preparados.
Sentir el primer amor es como ver una película por primera vez. Puede que después te vuelva a gustar, puede que cada vez conozcas algún matiz nuevo que no habías visto. Pero ¿se puede disfrutar de un segundo amor como de un primero?

1 comentario: