miércoles, 4 de mayo de 2011

Sentencia

-¿Y ahora qué? ¿Qué se supone que debo hacer ahora? Aquel beso significó más, mucho más que el contacto de dos epidermis. Mucho más que el volver a todo aquello. Aquel beso significó mi rendición de nuevo. Y no puedo, no quiero. Estos días han sido mágicos, simples de nuevo, llenos de risas y de aquella antigua costumbre mía de volverme inocente a tu lado. Pero no, ya no. El plazo de inscripción a mi corazón se pasó hace tiempo. Justo cuando decidí que ya no merecíamos la pena juntos. Ambos hemos crecido ahora, hemos pasado por diferentes pruebas, hemos superado otras barreras, sí, pero no la nuestra; no superamos nuestro “nosotros”. Ojalá pudiese ahora sentir con los besos que me has dado lo mismo que con los que te di. Pero ya no. Ya sé lo que me ofreces, ya lo he vivido. Y la continua incertidumbre de tus sentimientos era la peor condena de todas. El ocultismo al que me afrontaba contigo no es ahora diferente. Sí, has mostrado disculpas, te he hecho sonreír de nuevo, pero ¿qué más? Tú seguirás sin saber decir te quiero o sin saber lo que significa y yo seguiré mendigando tu amor por las esquinas. Hemos crecido sí, y yo he aprendido que algo que no está sobre seguro y que no augura estarlo nunca no se merece más que tardes, días o incluso noches de “como si fuese otra cosa” pero teniendo en cuenta que no lo es. Teniendo en cuenta que nunca va a serlo. ¿Alguna vez has sentido la verdadera felicidad de cuando alguien apuesta por ti? ¿De cuando alguien deja el orgullo y las pretensiones para abrir su verdadera realidad hacia ti? Los “te quiero” de bolsillo no son comparables con los grandes ejemplares de la historia. Yo ya no apuesto por algo que no sepa, yo ya no apuesto por alguien que no sabe lo que quiere, yo ya no apuesto por una mirada mal interpretada. No, porque ya no supongo, ya no sospecho; ahora me remito a los hechos. Y sé que si no me dices nada más no es por miedo a que te vea vulnerable, ni por el hecho de pensar que yo no lo siento; ahora sé que si uno se guarda un “te necesito” es porque no necesita realmente. Ya no renuncio a dejarme llevar por las noches y el alcohol con tantos otros, ya no renuncio a divertirme y a aprovechar lo que me brindan tantos bares y tantos que como yo deciden dejarse de represiones. No, ahora no podríamos tener aquello. Porque aquello funcionaba porque yo di más de mí de lo que me creía capaz; y ya no cometo el mismo error. Ahora soy libre Querido Desconocido al que conozco más que nunca. Sé que te encantaría, y sabes que me encantaría ¿ser felices de nuevo juntos? Claro, a todos les gustaría. Pero no. No te confundas, nuestras visiones del amor son opuestas. Tú lo ves realista y decadente. Yo lo veo realista y colorido. No, ya no. Lo siento pero no. Ya te lo he dicho, no estamos capacitados para sobrellevar esto; yo siempre querría más y tú siempre querrías lo mismo. No hay punto de equilibro. No me conformaría con tener mil besos. No me conformaría con callarme cuando salieses sabiendo lo que eso significaría. No me conformaría con ser de nuevo aquel secreto a voces. Ahora puedo conseguirlo, claro que puedo tener lo que tú esperabas, pero no contigo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario