jueves, 7 de abril de 2011

Sol de primavera

Éste invierno no nos ha nevado. No nos hemos perdido en esa nieve virgen que nos hizo morirnos de frío y de amor mientras nos reíamos por aquella caída.
Éste invierno en cambio ha sido el más frío de mi vida sin ti. Sin tu música. Sin tus besos.

Lo que más me duele ya no es no besarte. Es no recordar a qué  sabes. Es no recordar qué sentía cuando me mirabas por la tarde, después de llegar tarde.

Éste invierno no nos ha nevado, no. Pero tú me has nevado por dentro. Me has dejado el corazón helado y quebradizo.
Me has dejado escarcha en el alma. Temerosa ahora por que el sol haga que arda.

Ya no me escuece recordarte. Ya no es eso.
Ahora me escuece el vacío de tus ojos y la expresión de los míos.

Ahora me escuece el tipo de inspiración que me causas.


Lo peor de cuando el amor se marcha son las promesas que quedan sin cumplir y los planes que se suspenden en el aire de un cuarto mudo que grita que ya no se van a realizar.
Lo peor del amor cuando se marcha es la sensación de olvido.
La sensación de disculpa.
El terror por tener tiempo para pensar.



¿Puede uno recordar el amor? Es como tratar de evocar el aroma de las rosas en un
sótano. Puedes ver la rosa, pero nunca el perfume.

Arthur Miller

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